jueves, 16 de diciembre de 2010

Fórmula 1 en Canadá

El Circuito Gilles Villeneuve es quizá el único del calendario de Fórmula 1 en el que se pueden conducir coches de calle por todo su trazado, pianos incluidos y con sólo algunas limitaciones lógicas. Hace unos meses sentí que estaba allí mismo al tocar el trazado con mi guitarra, pero recientemente he estado allí en la realidad, durante un perfecto día de noviembre cálido y soleado. No había casi nadie en el circuito, era todo para mí y eso lo hizo aún más especial. Creo que es totalmente único conducir en un circuito de Fórmula 1. Muchos amantes del fútbol cumplirían su sueño si jugasen en el césped del Bernabéu o de Old Trafford. Así es exactamente como me siento yo en los circuitos de Fórmula 1. Conducir y vibrar por los pianos, acercarse al Muro de los Campeones, preocuparse por el agarre en las chicanes, o preguntarse cómo los coches de Fórmula 1 pueden pasar por esas estrechas curvas cinco veces más rápido que yo, son sensaciones que me permitieron subir un peldaño en mi entendimiento de este deporte.

Fue una semana repleta de Fórmula 1, pues también tuve el placer de conocer a los chicos de la F1 Boutique Canada en el casco viejo de Montreal (que me contaron de qué manera se transforma la ciudad la semana del Gran Premio), y el más dudoso placer de ver el final del campeonato en Abu Dhabi y la derrota de Alonso. En cualquier caso, ha sido una bonita y memorable temporada de Fórmula 1, sobre todo para mí.


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